Monseñor José Rafael Quirós Quirós
Arzobispo Metropolitano
En
su reciente visita a Bolivia, el Papa Francisco pidió a las autoridades civiles
prestar una "especial atención" a la familia, cuanto más al constatar
que hoy, la célula fundamental de la sociedad, está "amenazada por todos lados". Y es
que, en definitiva, animar este compromiso desde las instancias políticas,
sociales y eclesiales es urgente y, como él mismo ha manifestado: “Cuando nos
preocupamos por nuestras familias y sus necesidades, cuando entendemos sus
problemas y esperanzas, (...) cuando sostenemos la familia, estos esfuerzos
repercuten no sólo en beneficio de la Iglesia; también ayudan a la sociedad
entera”.
En
Costa Rica, dicho esfuerzo común, intenta plasmarse desde el año 1972, mediante
el Decreto ejecutivo #2569, con el que
se designa al Movimiento Familiar Cristiano y al Ministerio de Educación
Pública (MEP) como coordinadores de la Semana
Nacional de la Integración Familiar, a celebrarse este año del 16 al 22 de
agosto.
Esta
propuesta debe trascender lo meramente formal y celebrativo para recuperar el
espíritu de dicha ordenanza. Como
podemos leer en la página web del MEP, con dicho decreto se promueve el reconocimiento del hombre y la
mujer como fundamento de la familia y se buscan acciones de complementariedad, que permitan
comprender la necesidad de asumir la familia como el espacio apropiado para
construir un proyecto de vida. Es claro que esta disposición no queda subordinada
a una semana en particular, sino que
debería ser un eje de formación de frente a las ideologías de moda, propuestas
por algunos medios de comunicación y minorías promotoras de proyectos e iniciativas que apuntan en dirección contraria.
Como
Iglesia hemos sido proactivos al defender y promover los valores éticos esenciales que se ponen en
juego en los actuales debates sobre la vida humana, el matrimonio y la familia,
planteando sin temor los ideales que son, en definitiva, irrenunciables para un
católico. Como recuerda el Papa Francisco: “Hoy la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos
pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser
familia hoy." [1]
Con
ese mismo tono esperanzador y positivo, este año se ha propuesto el lema:
"El amor es nuestra misión: La Familia Llena de Vida”. Esta propuesta, a
su vez, está inspirada en el Sínodo de la familia que nos invita a meditar en “La
vocación y la Misión de la Familia en la Iglesia y en el Mundo contemporáneo.”
Todos
estamos llamados a fortalecer en la familia el amor, a través de principios y
actitudes que se enseñan en el hogar y se proyectan en la sociedad.
El
Papa emérito Benedicto XVI decía a las familias que pidieran en la oración la
ayuda de la Virgen María y de san José, para que les enseñen a acoger el amor
de Dios como ellos lo acogieron: “Vuestra vocación no es fácil de vivir,
especialmente hoy… Ante vosotros está el testimonio de tantas familias, que
señalan los caminos para crecer en el amor: mantener una relación constante con
Dios y participar en la vida eclesial, cultivar el diálogo, respetar el punto
de vista del otro, estar dispuestos a servir, tener paciencia con los defectos
de los demás, saber perdonar y pedir perdón… estar abiertos a las demás
familias, atentos con los pobres, responsables en la sociedad civil. Todos
estos elementos construyen la familia.”
En esta Semana Nacional de
Integración familiar hago mío el llamado de San Juan Pablo II: “Familia, ¡sé lo que eres!”[2] El
mundo de hoy necesita testimonios creíbles “…
El hecho mismo de vivir la comunión familiar es una forma de anuncio
misionero”[3] e invito, especialmente, a las familias
cristianas a fortalecer su fe, a
afianzarse en sus convicciones y a promover en todo momento la fuerza, la
unidad e integridad de la familia.
[1] Papa Francisco, Palabras al Consistorio Extraordinario
de Cardenales, Roma, 20 de febrero del 2014
[2] Juan Pablo II, Familiaris Consortio n°17
[3] SÍNODO DE LOS OBISPOS XIV ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA, LA
VOCACIÓN Y LA MISIÓN DE LA FAMILIA EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO
CONTEMPORÁNEO, INSTRUMENTUM LABORIS, 2015
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